Parece que el dinero quiere gobernarlo todo, y se pierde ser consciente del interior, que es lo más valioso.
Si dejamos que el dinero que viene del exterior, cree nuestra realidad, seremos esclavos de ella, y por ende, del primero.
Todas estas fuentes externas (bienes materiales), que no siguen un orden lógico, como es dar prioridad y supremacía a la persona, en el sentido humanístico y solidario, sino que por el contrario, están dirigidas por el dinero, así como el control, el poder, los intereses políticos, la insolidaridad, etc.., acabarán colapsándose.
No sabemos si llegará al caos, pero la crispación social ya es una realidad de que este colapso ya ha comenzado. Solo tenemos que ver las noticias, y mirar a nuestro alrededor, para comprobar como casi todo en general, no se sostiene en sí mismo.
El problema más grande que tenemos, es el sistema opresor actual que no sigue un orden de bien común. Si la humanidad no es capaz de cambiar este orden de sistema enfermo, mentiroso y compulsivo, que entre todos hemos creado, y del cual somos partícipes, es inevitable el caos. Así pues, para evitar eso, es necesario aumentar nuestra consciencia individual. El mundo y las cosas, no cambiarán por sí solos, o porque nosotros queramos. Solo si nosotros cambiamos, cambiaremos nuestro entorno. Si nosotros cambiamos, cambiaremos a las personas de nuestro entorno, y por consiguiente, cambiaremos el mundo.
Es evidente, que algo está pasando en la sociedad en general. Cae de su peso, que muchas personas del planeta, no podrán seguir aguantando durante mucho tiempo, el ritmo y la clase de vida que la sociedad les ha impuesto. Y por otro lado, tenemos la progresiva e interminable destrucción de nuestra casa. Es decir, la degradación de nuestro planeta que sigue sin visos de solución a pesar de todas las advertencias de los científicos.
El exterior, es la creación de un sistema opresor, el interior, es nuestra divinidad, (nuestra verdadera esencia), y el ego, es el que está en medio, que crea el cuerpo físico. Que cada uno se haga la pregunta: ¿Quién gobierna el cuerpo físico? ¿De qué dependencias somos esclavos? Ser soberano, es ser autosuficiente de uno mismo sin dependencias, simplemente ser, saber estar, y co-crear, su propia realidad sin necesidad del exterior.
Tenemos que adquirir esta consciencia, trabajándonos a nosotros mismos como personas. (Cursos de salud emocional, adquisición de valores, lectura, meditación, etc), o de lo contrario, nunca seremos libres del exterior, por el cual nos sentimos arrastrados, y, seguiremos viviendo, sin ser conscientes; es decir: “sin saber vivir y disfrutar de la vida”.
Pero para eso, necesitamos ayuda, necesitamos que alguien nos marque el camino.
La consciencia superior, es el orden del bien común, el cual ha de prevalecer, si la humanidad quiere seguir existiendo físicamente. Al ser conscientes de nuestra propia consciencia, ésta se eleva, y se disuelve el ego, que en verdad tiene acaparada nuestra personalidad. El ego es el origen de todos nuestros problemas y conflictos.
Y al trascender el ego, empezamos a ser nosotros mismos (nuestra esencia), es decir: pasamos a ser nuestro verdadero y real Ser; que en verdad, es espiritual. El ser humano se da cuenta, de que en verdad, él no es su cuerpo físico, ni su mente, ni tampoco los pensamientos, o su cerebro; se da cuenta, de que en verdad, es el observador de todos ellos, de que él, es algo mucho más grande.
Pero lo más importante de todo, es que cuando activa, su propia consciencia. Añadiéndole tan solo su sana intención, adquiere la capacidad de cambiarlo todo. Tanto a las personas, como a todas las cosas que le rodean. Convirtiéndose así en co-creador, o partícipe de la creación, con el que en verdad le ha creado a su imagen y semejanza.
Una última reflexión. Hay dos caminos: Uno de evolución del alma (dejarte guiar), y otro de liberación del espíritu, que es recordar tu origen de vuelta.
Todo son elecciones, cada uno co-crea su propia realidad, y todos hacemos la realidad mundial.
Luis Ferrer Fernández
